martes, 8 de julio de 2014

Taller de Arquitectura para niñas y niños en el Museo de Arte Moderno.


#12 Cortes!

En arquitectura, una “sección” es ese tipo de dibujo que nos muestra lo que se vería si realizáramos un corte a través de un edificio, como si por casualidad tuviéramos un cuchillo lo suficientemente gigante y lo rebanáramos desde el techo hasta el piso, como a un tomate.
Las secciones o “cortes” son muy importantes para explicar cómo lucen las casas por dentro ya que nos permiten adivinar la forma, el tamaño y la ubicación de sus espacios interiories.
Nosotros, a la hora de iniciarnos en semejante destreza, optamos por ejemplificarlo con un bucólico bodegón de frutas y fue así que la clase del sábado último se vió inundada por el color y el aroma de los cítricos y compañía.
Descubrimos el interior de limones y naranjas como si nunca antes nos hubiéramos sorprendido con la complejidad de sus gajos y la característica profusión de pepitas y carozos.

La jornada concluyó con una entusiasta degustación en la que nuestro peludo colega el kiwi, no por todos conocido, causó sensación y terminó disputándole el primer puesto a la mismísima frutilla. 








miércoles, 2 de julio de 2014


Taller de Arquitectura para niñas y niños en el Museo de Arte Moderno.

#11 Palafitos!

Al elevarse unos metros del suelo sobre sus estacas de madera, las casas palafito comparten la misma razón de ser que sus primas construídas en lo alto de los árboles: son harto eficaces a la hora de entorpecer el ataque de vecinos hostiles, mantienen a raya a fieras y roedores y jamás se inundan!
No por casualidad podemos encontrar esta tipología dispersa por casi todos los rincones del planeta, desde Indonesia a Nicaragua, Escandinavia o Filipinas, así como también en nuestro querido Delta del Paraná.
Entre los muchos ejemplos a escoger, hemos llevado nuestra atención a la entrañable Chiloé y sus casitas multicolores que parecen apoyarse apenas sobre las orillas del sur chileno. Será por el encanto que nos produce que sus habitantes no quieran perder de vista al mar ni siquiera por un instante. Desconocemos la razón de tan sacrificada vigilancia, quizás temen que se de a la fuga, se deje de mover o se seque, o tal vez sucede que están simple y perdidamente enamorados.
Juntos hemos replicado la forma austera de estas construcciones y las hemos elevado sobre sus zancos característicos, 
dimos vida a la geografía de Chiloé y disfrutamos de una fructífera jornada de pesca en la que los cardúmenes parecían imantados por nuestra felicidad.